Deriva sur :: Fernando Sánchez
Pescadores de Monte Hermoso.
Es medianoche de verano en Monte Hermoso, al sur de la Provincia de Buenos Aires.
Mientras en el centro hay una intensa actividad nocturna, en el sector del viejo espigón reina la calma.
El run run de las olas en su ir y venir sobre esa amplitud de arena es un verdadero imán para noctámbulos.
Ahí cerca, algunos botes y tractores esperan…
Unas horas más tarde, aun de madrugada, el lugar despierta con el ruidoso trajín de los tractores que acarrean hasta la orilla a los pescadores con sus pequeñas embarcaciones, compañeras de la vida en el mar, como la María José y la Naty.
Después de varias horas de navegación y pesca, los primeros vuelven a la costa en la mañana, poco después del sol.
A partir de entonces, esa máquina pesquera compuesta por hombres, tractores y embarcaciones con sus utensilios de rigor, comparten durante algunas horas un sector de playa con turistas y lugareños que pueden comprar el pescado más fresco, antes de que llegue a las pescaderías.
Así cada día, con la regularidad y las variaciones de la marea. La pesca artesanal se desarrolla en muchos puntos de la costa atlántica argentina, siendo un oficio que se mantiene a través de varias generaciones.