Deriva sur :: Fernando Sánchez
Ladrilleros de El Arroyón
La gran mayoría de quienes vivimos en casas o edificios de material ignoramos absolutamente de qué modo llegan a este mundo los ladrillos que los componen.
Su fabricación artesanal implica una serie de elementos, proporciones, técnicas y pasos muy específicos; y también una cantidad considerable de horas de trabajo.
En los hornos de El Arroyón, el inicio y la finalización de cada temporada de producción están marcados por otro paso: el viaje.
La mayoría de quienes conforman la Cooperativa de ladrilleros son de origen boliviano. Algunos de ellos viven en el lugar de forma permanente, pero muchos otros llegan para la temporada, durante la primavera y el verano.
Otros viajan menores distancias, desde Chile o de otras provincias argentinas.
Una veintena de campamentos, la mayoría incluyendo varios hornos, conforman ese pequeño mundo productivo, instalado a orillas de la ruta que va de la localidad de Cinco Saltos al Lago Pellegrini, en la Provincia de Río Negro.
Los primeros hornos en el lugar se instalaron en el año 2000. La Cooperativa se conformó a partir de 2008 con el apoyo de la Pastoral de Migraciones de Neuquén, como estrategia para hacer frente a las presiones institucionales, desde multas a amenazas de desalojo, que tras el pretexto de regularizar la actividad, evidenciaban una postura xenófoba, a veces solapada y muchas veces explícita.
El proceso de constitución de la Cooperativa de ladrilleros incluyó un nivel importante de movilización y de reclamo frente a la desidia de los poderes locales. Finalmente, ese pequeño gran triunfo no sólo aportó mayor seguridad jurídica y reconocimiento social para este polo productivo, sino que internamente les permitió revalorar la nobleza del trabajo con el barro y las potencialidades del amasado colectivo. En diciembre de 2018 la Cooperativa cumplió diez años y continúa... Volver a fotos